Siento que me abandona, que me huye,
cada día la encuentro más distante, más fría,
Ya nunca me sonríe ni me dice que me ama;
se oculta en el periódico y me ignora.
Y cuando le pregunto ¿qué te pasa?,
responde distraida que no es nada,
pero ya no me asalta en los rincones
ni me enciende la piel con sus caricias.
Las noches son de escarcha sin su abrazo
-dormimos hace tiempo en camas separadas-.
Y recelosa me ha dado por pensar
si será que la vida se me escapa.
domingo, 13 de febrero de 2011
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Aleja esa sospecha, con tu intensidad la vida te quiere y te regala.
ResponderEliminarTe abrazo fuerte, fuerte.
Tu poema - como siempre - es una invitación a pensar, y con el he pensado y me he recordado de una frase que mi abuela decía: “…la sospecha induce a la traición”, por esto, querida Elvira, no quiero cerca esos pensamientos que dices en tus versos, no sea que la vida después me traicione, ¿no crees? Es mejor que los dejemos lejos de nosotros.
ResponderEliminarUn beso y un abrazo muy fuertes para ti.
Leo
Tiene la sospecha alas y puede anidar en el corazón y en la mente. Toma la escoba de tu voluntad y barre con ella para que vuelen lejos la sospecha y su plumaje de angustias. Infundada o no, sólo los hechos dictarán sentencia final. Mientras, vive la ilusión del momento y no te canses de dar, no te canses de recibir, no te canses de oir música en medio del ruido y el desasosiego de la ciudad ni dejes de oler el jazmín ni el pan recién horneado por sobre toda la inmundicia y la indiferencia que tiende a corrompernos y hacernos menos humanos. Ama tú, Elvira, y el amor te devolverá el beso por algún otro misterioso sendero. Todo mi cariño y mi admiración, faro hermoso.
ResponderEliminarVaya, no me esperaba ese final. Es impactante.
ResponderEliminarMe ha encantado el poema.
Que pases una buena semana.
Un abrazo.
a veces un periódico, el último programa que de repente decidimos ser fervientes seguidores... nos hacen de parapetos y la vida se estanca... Me has recordado a mí misma agazapada detrás de una excusa para quién sabe por qué no abrazar la vida.
ResponderEliminarCada día aprendo más leyéndote, cada día me gusta más zambullirme por aquí.
Te mando montones y montones de besicos
A veces el amor cambia sus modos de manifestarse. A veces parece que se aleja, pero sólo es para dejar que respiremos, para que tomemos conciencia de su importancia, en fin, para que nos demos cuenta de su ausencia y volvamos o regrese con más ímpetu si cabe.
ResponderEliminarPoema para reflexionar en el modo en que se llega a la belleza y en el modo en que la vida nos ocupa.
No sé con qué lectura quedarme, querida Elvira. Pero las nubes negras hay que alejarlas, pongamosnos al sol.
ResponderEliminarBss
No pienses querida Elvira, escribe y ama.
ResponderEliminarBesos y más besos.
La sospecha es ese empujón sutil que puede arrinconar en el corazón y en la mente las mejores intenciones.
ResponderEliminarUn saludo
Un poema real como la vida misma. Esa sombra de la sospecha tan cotidiana digo yo si se borra preguntando o a veces es peor.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, amiga mía.
La sospecha se parece a esa sombra que siempre nos persigue y nunca nos alcanza. Y de repente, a no sé que hora del día o de la noche, al doblar una esquina o cambiar de acera, parece fundirse de nuevo con el cuerpo que le dió vida.
ResponderEliminarUna delicia leer este poema.
Un beso.
Rítmico poema.
ResponderEliminarVeo que apuntas a "lo bueno, si breve, dos veces bueno". A "las esencias en frasco pequeño".
Es maravilloso, Maga.
Besazos y, si puede ser, nos vemos esta semana.
Sospechar de la vida es amarla y eso me transmite la sencillez de tus magníficas palabras al nombrarla.
ResponderEliminarMi felicitación, Elvira.
Un saludo.
Es la vitalidad en tus versos
ResponderEliminaruna constante
sospecha de que
por delante aún
quedan muchos pasos.
Un abrazo muy grande
mi querida poeta.
Hola, Elvira:
ResponderEliminarInexorablemente, el tiempo pasa, pero el amor por la vida se encarga de alejar nuestras humanas sospechas.
Llegué hasta aquí por el blog de Paloma.
Abrazos.
Esoss desplantes que cada tanto nos propina esta "señora", es el modo que tiene de seducirnos, histeriquea un poco para que hacernos sentir lo dificil que es o como dice el Nano Serrat: "De vez en cuando la vida toma conmigo café y está tan bonita que, da gusto verla...".
ResponderEliminarYa sentirás que te tomas nuevamente un café con ella, seguramente ni bien se entere lo que le has escrito, pero no la dejes hablar mucho, ni que te reclame nada, aferrate a ella en un abrazo y hazte amiga.
Con otro abrazo, me despido de ti, encantado de leerte y que andes bien, guapa, que se te quiere y admira.
Bonita resolución final. El enigma del género femenino me perseguía durante toda la lectura del poema.
ResponderEliminarLa vida se nos escapa poco a poco a partir del momento en que nacemos. Alguien cierra el grifo en plena adolescencia u horas después de nacer. Eso nunca se sabe ni tampoco quien es ese alguien.
Son sospechas infundadas, no te quepa duda.
Un placer siempre, Elvira.
Yo me quedo con la lectura de estos versos tan bien medidos y tan llenos de vida, en ese preguntarse a sí mismo, como viéndose desde fuera.
ResponderEliminarExcelente texto.
Mis saludos.
Que la sospecha quede sospecha, porque la certeza es tu poesía viva, que llega y toca el alma.
ResponderEliminarBesos, querida Elvira.
Este es tan hermoso como todos los anteriores pero me inquieta pensarte tan pececillo. Necesito no sólo tus poemas sino también, como sabes, de vez en cuando,encontrar tu sonrisa. Rosa María.
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