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viernes, 28 de enero de 2011

ATRACCIÓN

Ángel cautivador de largas alas,
desplegadas sobre el dios de tu cuerpo,
marfil duro ceñido al esqueleto.
Garras de grifo y dientes de leopardo,
piel ardiente y sedosa
tal la arena dorada del desierto,
y de sabia serpiente en la cintura.
Negra es tu mirada,
profunda e insondable cual lo es el abismo,
helada como la cima de una cordillera,
y tus ojos cartílagos de sepia.
Tu corazón...
¿Cómo es tu corazón?, si es que lo tienes.

17 comentarios:

  1. Me tiemblan hasta las ideas con este poema que lo he visualizado tal cual, y ando planteándome que casi mejor descorazonado cual manzana lista para asar.

    un abrazo inmenso querida Elvira

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  2. Querida Elvira: Llevo mucho tiempo leyendo tus versos sin pronunciarme. Ya debí hacerlo en el anterior que me llegó muy hondo, pero de hoy no pasa: este poema me resulta desgarrador, inquietante y magnífico. De ahora en adelante, no dejaré de visitarte.
    Besos con corazón.

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  3. Atracción fatal, querida Elvira, tal parece que te dirijas a una estatua. Pero no, tu sarcasmo final es de carne y hueso. Como el propio poema.
    Bss

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  4. Querida amiga, hoy vamos de la mano, entre atracciones y declaraciones o casi tales, fatales como ha dicho Jose. Creo que ese ángel de alas largas tuyo o la "hechicera" mía, cambien sus vestidos en dependencia de quien quieren embaucar. Versos mordaces que me han encantado, como haces siempre con tu obra.
    Un abrazo fuerte, y muchos besos.
    Leo

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  5. Querida y admirada Elvira: Más vale no recordar los cartílagos de sepia que han mirado pero no han sabido ver, sino dar las gracias a las alas que han sabido alejar de ti a ese cuerpo de alcorza por fuera y mármol en el interior. Los que no saben ver ni nos ven ni nos podrán ver en su futuro. ¡Allá ellos! Un fuerte abrazo.

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  6. Quiero pensar que ese ángel cautivador de largas alas a veces tiene corazón, y que después de seducirnos hasta robarnos el alma existe la posibilidad de que se quede con nosotros. Ocurre, muy pocas veces, que cuando se va el ángel queda el amor. Pero otras..., las más...
    Un poema muy tuyo, con toda la fuerza, la pasión y la honestidad de tu pluma.
    Feliz fin de semana.

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  7. Ese ángel, arrogante y magnífico en apariencia, es el demonio del orgullo y de la fría belleza. Es el demonio de las apariencias y de las gentiles envolturas. Es el demonio de la perversidad con su máscara que seduce, pero que no convence. No a alguien como tú. Un gran abrazo, Elvira querida.

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  8. El interrogante final está sutilmente presente en todo el poema, porque tú que hurgas siempre en el interior sólo reflejas bellamente la fachada y si esa mirada tuya no detecta corazón, yo casi aseguraría que no lo hay. Es imposible mirar profundamente a unos ojos y no verlo latir.

    Eres grande siempre y yo no te puedo querer más.

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  9. Me ha gustado mucho, especialmente el final y ese "y tus ojos cartílagos de sepia"
    Maga, sigo siendo tu alumno.
    UN beso enorme.

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  10. Como no temblar, ante la grandeza de lo que escribes, Elvira. En el poco tiempo que llevo leyendo tu blog, no he encontrado un poema que no me haya causado el temblor de las cosas bellas que se pegan al alma.
    Gracias por ti poesía.
    Besos a manos llenas para ti.
    Claudia.

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  11. Hay atracciones que
    no convienen en especial
    cuando se trata de un
    ángel seductor de negro abismo.

    Admirándote siempre.

    Un abrazo grande.

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  12. Supongo que no siempre es fácil distinguir a los ángeles de los demonios. Cuenta la historia que Lucifer fue el más bello arcángel de la corte.
    Un abrazo de corazón a corazón.

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  13. Muy buena esa descripción de una atracción irremediable. Y el último verso, demoledor y definitivo.

    Enhorabuena, como siempre.

    Abrazos mil.

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  14. Nos atrae lo que nos deja sin respiración, lo que nos mata y resucita... Magnífico poema.
    Te cuento, que he publicado una entrada dedicada a ti en http://pasajera67.blogspot.com.
    Si no te parece bien, me lo dices y lo quito, vale?
    Cariñitos

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  15. No tiene corazón, Elvira. No puede tenerlo.
    Un abrazo.
    Te admiro.

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  16. Elvira, mujer enorme, ¿cómo siquiera sugerir que traigo yo categoría y lucimiento a tu página, cuando eres tú, excelsa, irrepetible y vital, quien trae alegrías, resplandores y emociones indescriptibles cada vez que me visitas y dejas tu huella amada, imprescindible y solidaria? He de escribirte en privado cuando cuente con un espacio de tiempo adecuado, pero quiero proclamar públicamente que eres tú quien me honras cada vez que me visitas. Y no sólo por tu nombre, que ya de por sí abarca continentes, sino por la integridad de tu vida toda y de tu obra y la magnitud de tu generoso corazón que no tienen medida posible porque pertenecen a esas categorías universales de lo inmedible, de lo incomparable; a las que jamás palabra alguna podrá aspirar a describir o capturar cuantitativa o cualitativamente. Te dejo mi perenne admiración, mi sincero agradecimiento y mi más profundo y sentido cariño.

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  17. Perfecto retrato de la seducción.
    Así es, no hay duda.
    Descubrir el corazón viene más tarde un poco después.
    Quizá sea ése nuestro fracaso, caer en la seducción, pues no siempre quien seduce merece ser amado, pero, ay, es tan hermoso, tan fuerte, tan..., tan seductor.

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