AMOR ADOLESCENTE
Inesperadamente existo, alguien me piensa
más allá de las pálidas fronteras
de los años quemados.
El sol lanza cuchillos incendiados
sobre la bóveda esmeralda de los álamos
y tú y yo, dioses adolescentes renacidos,
hendimos la mañana con nuestros cuerpos de oro.
Tu camisa destella de blancura
y tu boca de dicha contenida
-tus labios no se atreven a rozarme
para no mancillar mi luz intacta-,
pero tus ojos y los míos se han pegado.
Se ha escapado el secreto de su caja
sin siquiera haberlo pronunciado.
Tu limpio corazón me ha rescatado,
después de tantos años a la sombra,
del negro laberinto de las aguas
donde espera el barquero con oficio
para llevarme a la hora exacta.
( Del libro "Laberinto carnal)
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Elvira, amiga poeta, cada vez me gustan más tus poesías. Creo que me haces ser, como tú dices,un dios adolescente renacido. Me encanta leerte como se bebe el buen licor, de sorbo en sorbo, paladear tus versos, meditarlos, seguir tus pensamientos y tratar de profundizar en tu interior, donde se pueden encontrar frases como ésta: tu limpio corazón me ha rescatado. ¿Se puede definir mejor a la pureza? Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarElvira, qué líricamente perfecto este poema de reencuentro y de renovación interior. Fluye el dulce encanto sensual de esa "mañana de cuerpos dorados", que no es necesariamente una mañana de cuerpos desnudos, pero sí de corazones y de recuerdos sin ropaje ni aditamento alguno. Como alguien que hace un año encontró a un gran amigo de adolescencia y de juventud después de treinta años y toda una isla y una batalla ideológica de por medio, sólo puedo imaginar la alegría de tu reencuentro con este hombre, que decidió buscarte y "rescatarte' porque supo, desde siempre, que eres una auténtica joya. Abrazos y mi sincera admiración. Besos también para ti.
ResponderEliminarPrecioso, Elvira, no solo la forma y el ritmo que imprimes al poema sino además el sentido del mismo:
ResponderEliminarRescatada de la barca de Caronte negra y
sin esperanzas, por el pasado que vuelve, por la luz adolescente que te retorna a ti misma cuando eras como ahora, más joven sí, pero no muy distinta. La mirada del otro te ha devuelto la luz de la ilusión y te ha demostrado que tú siempre serás tú.
Un abrazo de trabajadora en días de holganza colectiva Á.
bonito poema.
ResponderEliminarMaga:
ResponderEliminarMe he puesto celoso.
:)
Me has dado una pista, la próxima vez que nos veamos, iré con una camisa blanca (el 16).
:)
Nada te diré sobre este maravilloso poema, lleno de ayer, de hoy, de mañana. De mañana porque, como todas tus obras, quedará guardadito en el cofré de las joyas para poder disfrutar cada vez que se me ocurra. Nada, nada diré del poema.
Besazos, Elvira.
Maravilloso este retorno al pasado. Esa manera de que cobre sentido nuestra propia vida porque alguien nos piensa. Ese rescate de tantos años a la sombra, emocionante.
ResponderEliminarComo siempre, una delicia leerte.
Un abrazo enorme.
Siempre existirá ese alguien que nos recuerde que podemos ser eternamente adolescentes más allá de los años quemadas. Y si alguien no lo cree, tal vez nunca haya sido adolescente. Para ellos este poema que descubre esa maravillosa sensación de verse en unos ojos incendiados, en un corazón limpio, en una boca de dicha contenida. No importa que el barquero espere. Siempre hay tiempo hasta las doce de la noche.
ResponderEliminarA Bernard Prulhiere todo mi agradecimiento por inspirar semejante belleza y a ti por saberla describir con tu poesía llena de vida.
Un beso mi querida Elvira y hasta muy pronto. Cuento los días.
¡Que maravilla de poesía!¡Que buen encadenamiento de palabras! Hay música en tus versos, pero tambien están plagados de nostalgia y eso me lleva a devorarme tus letras, porque soy un nostágico incurable.
ResponderEliminarRecibe mi inalterable afecto, querida amiga
PD: que bonito ese libro que veo de tapa bordó, que fortuna poder tenerlo.
Querida Elvira, me has hecho sentir el amor en su dimension exacta, con el lirismo tangible de tus versos y la eterea pureza del amor en cualquier tiempo, porque el amor existe en el eterno ciclo de la vida. Los cuchillos incendiados lanzados por el sol han hecho diana en mi, y los guardo con tu poema entre mis preferidos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Poeta.
Leo
No me extraña que Bernard Prulhiere te buscara hasta encontrarte, la huella, tu huella tanto poética como humana es indeleble.
ResponderEliminarEs precioso, querida entre las queridas, me voy de puntillas y emocionada.
AbrazoTe.
Se queda el alma sin aliento
ResponderEliminardepués de leer este hermoso poema
de un renacer adolescente.
Un gran abrazo
Habitualmente me gustan más los finales. En este poema tengo dudas pues el final es estupendo pero el primer verso está muy logrado, ese alguien me piensa.
ResponderEliminarLo he disfrutado.
Un abrazo Elvira.
Me encanta este laberinto que desemboca en la luz de dos cuerpos de oro. Ahora que te conozco, entiendo su búsqueda.
ResponderEliminarAbrazos.
Pd. No creo haberte engañado, diciendo que no escribo poesía, solo escribo cartas de amor y algunas veces recuerdos, y eso, no sé si es poesía :-)
Interrumpo por un momento mi cura de silencio, querida Elvira, para agradecerte este poema luminoso, rebosante de vida. Hoy me ha venido muy bien su lectura: alguien nos piensa.
ResponderEliminarPoetisa Elvira:
ResponderEliminarVengo acá desde el blog de mi amigo, el Poeta Fernando Jiménez-Ontiveros. Un placer leer tus textos y enlazarme a tu espacio.
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank.