Nunca llegó a averiguar quién era.
No tuvo tiempo de estudiar la ruta
de los mares profundos en su cartografía
ni el mecanismo
que la piel ocultaba a sus ojos inquietos.
Ella fue sólo un número
-vestido de ternura-
que añadir a la suma,
un estreno festivo de sedas y amapolas.
Después, el ritual -ya conocido-
de su pubis de arándanos,
que se fueron agriando en la costumbre.
Sin conocerla,
la fue desconociendo poco a poco,
hasta desvanecerse,
confundida en el blanco de la almohada.
Ignoró el instante que sucede a la brisa,
cuando la mar se abre como un cráter
y muestra sus tesoros.
Se fue sin escuchar el canto puro
que brota -y justifica de algún modo la vida-
con la última sangre del roto corazón.
Era demasiada mujer para su prisa.
triste prisa que impide disfrutar de lo bello, de lo auténtico y es trasladable a todo querida Elvira. Hacen falta más despacios, más minutos para disfrutarnos, menos acaparar pelusas y no disfrutar de los brillantes como tú.
ResponderEliminarpor cierto arrasas con tu nuevo libro, 7.700 visitas y rozando las 75.000 páginas y no sabes lo que me alegra.
besicos muchos muchos
Querida Elvira, sólo una MUJER - así con mayúsculas - como tú, es capaz de contarnos el sufrimiento con la fuerza y la entereza que poseen tus versos. Desgraciadamente aún muchas mujeres siguen soportando la prisa sin tener el coraje de enfrentarla, por suerte, muchas otras, comienzan a cortar ataduras y emprenden el vuelo antes de dejarse tragar por la voracidad de sus carceleros.
ResponderEliminarVersos los tuyos, como siempre imprescindibles.
Te admiro y te quiero siempre más.
Un beso enorme y mil abrazos.
Leo
de la prisa sabemos un poco, de hecho uno de los capítulos del libro lo dediqué al amor. Y es que prisa y amor son términos que tienden a no congeniar.
ResponderEliminarUn beso y felicidades por este excelso poema, como todos los demás del poemario.
Lo leo y pienso: cuántas personas, cuántas cosas, cuántos instantes perdemos por no detenernos.
ResponderEliminarUna se puede sentir doblemente identificada en tu poema porque, quizá al final, el no profundizar es el mal endémico de este siglo.
Me vuelves a emocionar, tú y tus versos tenéis ese poder.
Un beso grande.
La prisa no es buena consejera para valorar el tesoro que encierra el simple hecho de ser mujer.Preciosos y precisos versos mi amiga.Me encanta leerte y espero impaciente cuando publicas un nuevo poema en tu blog para leerte despacio, saboreando cada verso.
ResponderEliminarBesos de todo corazón.
..." Demasiada mujer para su prisa".
ResponderEliminarMaravilloso poema, evocador de tanto amor y tanta mujer ....y esa prisa que no entiende ni atiende a lo profundo e inmenso, a lo las bello.
Un abrazo Elvira.
Ese es el gran dolor de nuestros días, relaciones estériles, sin profundidad. Relaciones de toque, salida y recambio. El mal de los jóvenes, que no saben observar ni detenerse para ver lo grandioso de una mujer.
ResponderEliminarUn beso Elvira.
El dolor de fondo, como ese mar de fondo, como esa resaca que no se aprecia desde la orilla, pero cuando se dan unas brazadas hunde al cuerpo, así este poema. De nuevo la mujer protagonista de tus versos. Una mujer, otra vez, maltratada por el varón, en este caso por omisión, podría decirse:
ResponderEliminar"Sin conocerla, / la fue desconociendo poco a poco, / hasta desvanecerse,".
Una mujer que es cualquier mujer (aunque quizá tenga nombre y apellidos en el motivo concreto que te arrancó el poema). Esta mujer que no sólo es víctima de 'su' hombre, sino víctima de su 'no' educación, o de la costumbre -ésa que agrió su pubis-.
Víctima de una persona, víctima de una sociedad apretada por la prisa...
Como siempre, poema para la reflexión, poema que me empuja a la emoción desolada por esta sociedad que nos ha tocado vivir. Quizá sea un poema que se emparenta con algunos poemas de "Cuadernos del lirio", donde aparece ese macho hombre que es incapaz de descubrir la hondura del amor femenino.
Y ya que lo cito, si alguien leyera este comentario, aprovecho para recomendar la lectura de Cuadernos del delirio. Como dije en Twitter y en FB está sólo a click, aquí mismo o en otros blog, como el de Paloma, Charcos, incluso el mío. Supongo que esto que acabo de escribir es ocioso, pues todos lo habrán leído a estas alturas, pero por si acaso algún despistado queda...
Obviamente, en el penúltimo párrafo, he metido la pata, y donde dice Cuadernos del lirio, ha de decir Cuadernos del delirio.
ResponderEliminarPerdón.
¡Pues él se lo perdió!... evidentemente.
ResponderEliminarY yo me gano unos minutos de dejar volar el pensamiento llevado por tu mano.
Gracias, Elvira, como siempre.
Un beso.
cuantos van por la vida mordisqueando manzanas sin llegar a disfrutarlas ... a medio morder las desechan
ResponderEliminares la nueva tendencia , acá le llaman touch and go
lo que se estila en la sociedad más consumista y cada vez más hedonista, incapaz de salir de su propio ombligo
un abrazo Elvira y feliz fin de semana:)
El poema magnifico, lo cual, viniendo de ti, “ça va de soi” me atrevería a decir. Nos ahorraremos el “couplet” feminista y la nostalgia del “en los tiempos que corren”, como si el conocimiento del otro, fuera una virtud de los tiempos pasados… Salvo a modo de mitología, la “lentitud” no es una garantía de nada. Es más, me parece que el “tiempo lento”, la banalización (¿de lo cotidiano, de lo ya conocido?) es el eje de esta “prisa”: “Se fueron agriando en la costumbre”
ResponderEliminar¿Se trata realmente de un tiempo –la prisa- o del difícil -imposible- encuentro de los deseos…?
De cualquier manera, das a pensar en la belleza y haces que tomemos el tiempo de leerte con atención.
Abrazos con tiempo.
Es la vida misma, Elvira. Tan bien dicho como siempre.
ResponderEliminarUn abrazo
Casi cualquier prisa no es buena, admirada Elvira, incluso esa prisa de la que te hablé el otro día.
ResponderEliminarAún no he solucionado ese problema de los comentarios. Debo ver a este familiar mío, informático, para ver si puede aconsejarme.
Gracias por tu poema.
Besos
El desamor, Elvira, siempre el desamor. Siempre la emoción auténtica del desamor presentido, del consumado. La tristeza de la huida. La desolación de la mitad. Desde el primer poema que te oí, que te leí. Amando habla de la emoción auténtica en la poesía. Hela aquí. Mi cariño. Estoy con tu cuaderno. Mi beso. Paco
ResponderEliminarTan real y tan duro que llega a lo más hondo. Demasiada prisa para detenerse en el amor, demasiada prisa para descubrir a la mujer... demasiada prisa para vivir sabiendo lo que es VIVIR. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarSiempre certera y precisa, sin perder la elegancia y la belleza poética. Siempre un gran placer llegar a ti.
ResponderEliminarBesosbesos
Querida Elvira:
ResponderEliminarGran reflexión. Estremece el contenido de este poema. Esa prisa que ignora el "canto puro" del ser humano, ese instante que sucede a la brisa, que tan hondamente expresas. Magnífico y hermoso. ¡Un lujo leerte!
Un abrazo inmenso.
Amar es un arte que requiere un estado mental que solo se alcanza con el tiempo y la dedicación. La prisa, como para casi todo en la vida, para amar es mala compañera.
ResponderEliminarUn poema de una belleza penetrante.
Querida Elvira, te dejo mi admiración y mi cariño con más razones que nunda.
suelo valerme de la zambrano que dice: "toda persona convertida en ídolo aún a pesar suyo, vive en estado de fraude". y entro aquí esperando a que llegue el fraude, y el fraude no llega...
ResponderEliminarno quiero apresurar a resolver. no ha prisa.
un abrazo, elvira.
"Si conocerla,
ResponderEliminarla fue desconociendo poco a poco,"
Muy bonito Elvira.
Escribiendo...y siendo...eres de otro planeta, Elvira. Afortunadamente siento que no está demasiado lejos del mío. Un beso, espléndida y maravillosa escritora :-)
ResponderEliminarAquí estoy, Elvira, llego con retraso inexcusable pero resuelto a quedarme. Maravilloso poema.
ResponderEliminarY allí tú constelada de océanos estrellados
ResponderEliminarcontra el acantilado
sin remanso
sin playa
sin desembocadura
Poesia, Prisa... A partir de este poema, querida Maga, ya pueden ir de la mano.
ResponderEliminarBesitos.
Querida, emocionada con tu cuaderno del delirio, se me pasó este poema. Es una maravilla, no hace falta que te lo diga, tu sensibilidad es extrema con ese tema incoherente, donde los haya, de la prisa. Me sigue admirando tu forma tan dulce de decir las cosas más desagradables.
ResponderEliminarTe quiero mucho
Querida Elvira, tu Cuaderno del Delirio es una joya asombrosa y conmovedora, gracias por regalárnosla de este modo. Me resulta imprescindible tener una edición en papel, de esas que se va subrayando y anotando en lecturas sucesivas; ¿tienes planes al respecto? Nos veremos pasado mañana en la presentación del libro de Blasco; estoy impaciente por darte un gran abrazo.
ResponderEliminarEsa prisa que se fué
ResponderEliminarsin conocer lo más preciado,
todo lo que en el corazón
había de "una gran mujer".
Con qué maestría lo expresas.
Un grandísimo abrazo.
Impresionante cierre para un gran poema, como no puede ser menos mi querida dama.
ResponderEliminarEs esa enfermedad de la prisa, que tan bien retrata en su libro Luismi, la que hace que perdamos lo mejor por encontrar lo irrenunciable. Pero yo no pienso renunciar a algo tan hermoso como leerte sin prisa.
Un abrazo mi dulce amiga
Después, el ritual -ya conocido-
ResponderEliminarde su pubis de arándanos,
que se fueron agriando en la costumbre.
Increíble, un abrazo.