Yo sé, siempre lo supe, que tú también me amaste:
lo gritaban tus ojos deslumbrados
por la luz que emanaba de mi cuerpo de niña
en su primer desnudo.
Tus labios se negaban a decirlo
y sin embargo,
"Amor, amor", musitaba tu boca
bebiéndome el aliento.
Tus caníbales dientes repetían:
"Amor"
mientras me devoraban.
Amabas mi inocencia sorprendida,
el temblor de mi carne de rosa encendida
que abriste dulcemente con tus labios,
y algunos brillos de mi inteligencia.
Cuando le puse el punto final a nuestra historia,
porque ya no era nuestra solamente
-había entre los dos una montaña
de ramas de canela como sexos
y el canto de mujeres todavía no amadas
que en las cercanías del sueño oyen los hombres-
sé que echabas de menos mi ternura.
Y que fuiste sincero cuantas veces pediste
que te abriera la puerta, llorando como un niño,
siempre que permitiera que salieras
a buscar el vellocino de oro cada noche.
(Del libro "Cuaderno del delirio").
sábado, 9 de julio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ay! ese buscar absurdo, ese ignorar que todo cuanto anhelamos se encuentra frente a nosotros.
ResponderEliminarSentidos versos, abrazo Elvira.
Querida Elvira, cómo me gusta esta reposición. Es tan real, tan lleno de estupidez masculina que sólo busca poner banderitas en cada conquista y seguir explorando hasta el infinito. Se siente ese amor tan palpitante en el principio que cegadas vemos sólo lo que el cuento aprendido nos dicta.
ResponderEliminarBesicos a miles para ti desde esta Murcia a punto de fusión
La mirada ciega, el sentimiento ajeno a la piel que nos alumbra, y así, de este modo, dejamos que el olor de nuestros labios, la vida de nuestras manos, se pierda en una búsqueda incesante de no sabemos qué.
ResponderEliminarUn poema abierto a una manera de sentir que solo puede ser femenino.
Abrazos
¿Alguna canibal razón para reponer este bello poema?.
ResponderEliminarYa sabes que te echo de menos.
Un beso.
Igual que la primera vez que lo leí, hoy me quedo maravillada. No recuerdo a nadie que haya contado con más elegancia cualquier forma de infidelidad. Pero en esta ocasión, además, "ella" es honesta y clemente, no hay acritud en sus palabras, reconoce que se sintió amada, es solo que, libremente, desdeña un amor infiel.
ResponderEliminarUn poema soberbio.
Hasta pronto.
Retomar lecturas que curan, con las que destapar ternuras depuradas en la nostalgia.
ResponderEliminarQué poemazo...
Te abrazo
Mi querida Elvira, leerte , releerte, deja siempre el regusto de lo bueno, con la misma intensidad de la primera vez.
ResponderEliminarBesos a montones, y un abrazo muy fuerte.
Leo
Por qué se busca
ResponderEliminarel falso brillo
del dorado
cuando se tiene oro
entre las manos,
siempre hay algún fantasma
que confunde el corazón.
Un gran poema Elvira.
Muchos besos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMadredelamorhermoso, cuánto más se lee, mejor. Agradezco la reposición, ya sabes, podría dedicarme solo a leerte.
ResponderEliminarJo, cómo te echo de menos.
Ps. grrrrr, creía que blogger lo había duplicado y luego, no. En fin.
La buena poesía tiene el valor añadido de que requiere sucesivas lecturas, en cada una de ellas se encuentran nuevos matices, más hondura. Es lo que ocurre con tus poemas, éste es magnífico.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso.
Solemos valorar lo que tenemos cuando lo hemos perdido, y aún sabiéndolo, lo perdemos voluntariamente yendo en busca de Vacíos Imposibles... Esas cosas que tiene la Idiotez Humana.
ResponderEliminarMe alegro de haber descubierto tu Casa.
Un Beso de Oro, Elvira.
Reposición más que necesaria , como sucede cuando con todo lo que es grande. Un ejercicio de generosidad para los que te admiramos mi admirada Elvira. Un regalo para esta mañana soleada y tranquila, donde no concibo nada mejor que leer buena poesía.
ResponderEliminarUn abrazo con todo mi cariño y el deseo de poder hacerlo real pronto.
Querida Elvira:
ResponderEliminarYa había leído este poema antes, pero me ha encantado volver a leerlo. No me extraña que volviera a llamar ese primer amor a tu puerta: tienes imán, Elvira, y el que te conoce ya nunca puede separarse de ti. Irradias energía positiva, luz, calor, afecto, ternura, fuerza...
Te quiero, preciosa.
Un abrazo enorme.
Agradezco a la tecnología, la cercanía de voces imprescindibles, tan lejanas a nuestra realidad.
ResponderEliminarDesde el fin del mundo, donde el Pacífico besa la tierra, te dejo mi admiración.
Un beso.
Mercedes Pinto nos emplaza a leerte y sin duda, está en lo cierto, este poema es muy hermoso.
ResponderEliminarEnhorabuena.
un saludo
¡Por fin encuentro un blog tuyo! Esta misma tarde le pedía a Paloma tu mail para ponerte unas letras de forma directa.
ResponderEliminarPorque quiero agradecerte tus generosas -y exageradas- palabras sobre mi poesía.
Hace tiempo que no sabíamos de ti. Y este reencuentro nos ha satisfecho mucho. Tu entrevista es fabulosa, y nos ha hecho recordar tiempos de oro (Rosales, Hierro, Gerardo Dámaso, García Nieto...) que ya no volverán.
De tu poesía no puedo decir nada: leerla, sentirla, emocionarse con ella... y quedarse con la sensación de que sigues siendo la Gran Poeta que siempre fuiste, y que tener en nuestras manos un libro o un poema tuyo es un verdadero privilegio.Un abrazo grande y nuestro cariño.
Me encanta este poema, sobretodo, por una sencilla razón: somos amadas, sin necesidad de certezas externas, cuando vemos en los ojos del otro lo que esperamos sencillamente SER. Qué más?
ResponderEliminarAgrego mi blog poético no por promoción, sino porque simplemente hay otro humorístico que no viene a cuento con este enlace. www.lunaalreves.blogspt.com
He oído con regocijo tu entrevista y me ha fascinado, señora!