Escribo con cuchillo -escondido en el puño,
en la inocente lengua, en la sesera-,
hurgando sin piedad en mis entrañas,
como el preso que graba, con la sangre
de sus venas abiertas como juncos,
su obsesión en los muros de la celda,
palabras deformadas que me explican.
Mi corazón conserva un nido de reptiles
que me liban la sangre y la ternura,
y me dejan exangüe, casi muerta.
Con su afilada punta recupero
los restos del naufragio que reflotan,
arranco a la memoria los jirones del miedo
que obstinado me llega de otro tiempo.
Para limpiar el pus de heridas no cerradas
dibujo diestros signos, tajos en carne viva,
no aptos para los ojos de mi niña;
versos de doble filo, igual que labios negros.
¡Qué dilema!, si escribo llora ella,
si no lo hago me muero,
porque ya sólo escribo para seguir viviendo.
miércoles, 12 de enero de 2011
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Ostras Elvira! (y perdona pero o lo digo así o reviento) es que hace un segundo estaba pensando algo parecido, que tengo una época en la que dentro sólo hay sapos y culebras, y mejor que salgan aunque no sean pajarillos y flores.
ResponderEliminarTienes la bendita capacidad de llegarme sin intermedios con tu poesía.
Un abrazo inmenso
Tajos en carne viva, en efecto, tajos tan precisos, querida Elvira, que uno no sabe si admirarlos o simplemente dejarse llevar en, por ellos. Opto por lo segundo: aunque llore la niña, aunque todos lloremos, sigue escribiendo, porque en tus versos dices lo que todos (bueno, yo al menos) tenemos que decir y no sabemos.
ResponderEliminarBss
Hay días en los que esas heridas no cerradas afloran, esos días llegan siempre, y cuando me sucede, si no escribo reviento. Por esto entiendo tus versos con dobles filo, por esto los hago míos, para que sigas escribiendo y sigas viva, porque leer tus versos me ayudan a vivir.
ResponderEliminarUn besazo enorme para ti.
Leo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTe desfragmentas hurgando en lo existencial y transmites tanto que, más allá de la belleza del poema, remueves las entrañas penetrando. Cómo no admirarte.
ResponderEliminarTodos los besos.
Impresionantes versos....
ResponderEliminarGracias por compatir tu bella pluma.
UN BESO Y UN ABRAZO PARA TI...
~Charo Bustos~
Maga:
ResponderEliminarHoy he desayunado con tu poema y pese a toda su letra, me ha dado serenidad.
Amiga mía, ¡eres la le...tra!
Un besazo, Elvira.
Y nunca dejes de escribir, es una necesidad vital. Y los demás que sigamos leyendo buenos poemas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
¡Cómo te desnudas, mi querida Elvira, esto es poesía como terapia, como autoanális, y con una sinceridad desgarradora!
ResponderEliminarEse nido de reptiles hace tiempo que lo echaste fuera a través de tus impresionantes letras. Y yo aquí me quedo, estremecida, ante tu poema.
Un abrazo enorme.
Sigue escribiendo. Es un placer leerte y aprender lo que es buena poesía.
ResponderEliminarUn beso,
No puedo dejar de sentirme completo con tus versos, cada vez que te leo encuentro el complemento de lo que andaba buscando y sea del tenor que sea el escrito me voy feliz, porque lo has escrito tu y "con eso tengo bastante" y ya que estamos parafraseando a Don Rafael de Leon y "sus dobles filos" permíteme decirte, sin que nadie se entere: "sin sé tu marío,ni tu novio, ni tu amante,
ResponderEliminarsoy de los que más te quieren y con eso...
con eso también tengo bastante."
Sacarlo porque arde... Ser capaz de emplear las palabras exactas y dejarme el alma así, tan claro y atento pensando en penarte. Gracias, aprendo y gracias por tus atentas palabras en mi blog, estuve algo ausente, pero soy bien nacida, o sea, agradecida.
ResponderEliminarCariños
Sólo una mujer, una poeta de tu calibre, puede hacer un poema con tan quirúrgica precisión léxica y contextual. Dominio absoluto sobre el vocablo y el sentimiento. Intelectual y existencial introspección personal sin abandonar por un segundo el sangrante e inconfundible sendero de tu lírica que nunca decepciona. Un gran abrazo y un beso para ti, Elvira.
ResponderEliminar¿Sabes? Me costó mucho entrar en tus letras, te leía y me entraba un miedo que helaba hasta los huesos; hoy te leo y me parece que son palabras de mis entrañas.
ResponderEliminarDecías que el tiempo no devuelve los deseos fallidos. Entonces, y nunca pensé escribir una cosa así, debo estar ya muerto, fuera del tiempo, no tengo otros deseos: ese nombre que no puedo escribir, un grito que anuda mi garganta.
Un beso de mort-vivant. :-)
NB. Por si acaso, busco la palabra en el escaparate.
... si escribo llora ella
ResponderEliminarsi no lo hago yo me muero...
Eso, Elvira, arrancar con la punta del cuchillo los jirones del miedo y trazar cada uno en la cueva de nuestra alma el contorno del bisonte, y con la misma sangre nuestra darle color y vida de la nuestra a lo que ahí acabamos de pintar.
Hermoso y estremecedor, expresionista, existencialista y espiritual a la vez: has conseguido la circulatura del cuadrado, no sé si me entiendes. Saludos bloggeros
Leyendo y releyendo tu poema tan existencial me ha aflorado subliminalmente aquel que escribiera José Agustín Goytisolo:
ResponderEliminarEl poema
es un arma de dos filos.
Uno suave
y el otro
como un grito cortante
como un rayo
incisivo
¡Ah poeta dulcísimo!
No olvides
esa parte
del poema.
El castigo
es morir por la espalda
degollado
por el segundo filo.
Sin dudarlo, leerte es poder disfrutar de la belleza y aprender de la más excelente poesía.
Un fuerte abrazo.
Hola, Elvira: hoy puse en mío blog un poema d´amore. ¿Podrías por favor decirle algo al mismo para ver si así el pobre cobra vuelo? Un saludo
ResponderEliminarEstimadísima Elvira, es el tercer poema que leo hoy, antes leí a Leo y a Jose, estáis con esta idea desgarradora de la muerte que os ronda. Tus versos me los llevo clavados en la piel, para que ayuden a expurgar las heridas que supuran en el corazón.
ResponderEliminarGracias por permitirnos el lujo de leerte.
Besos.
Yo te leo para ahuyentar el dolor, para intentar conjurar todos esos reptiles y poner a salvo aquellos restos de un naufragio, de tantos. Y te leo y me consuela que tu palabra vaya limpiando con sus versos el pus de las heridas no cerradas que han de curarse aunque sea con el filo de un cuchillo.
ResponderEliminarUn abrazo que espero darte pronto.
Querida Elvira,escribir
ResponderEliminarcon doble filo es necesario
cómo sacar si no lo que
llevamos dentro,
las dulzuras de la miel
y de la hiel las amarguras.
Sigue escribiendo
porque aún te queda mucha
poesía que enseñar
a los que te queremos
y admiramos.
Muchos besos
A veces una quisiera encotrar el atídoto para este veneno de la literatura.
ResponderEliminarHermosa y desgarrada siempre tu manera de contar lo que sientes.
Un abrazo.