Amor, eterno eres, como juré,
juramos, aquel día, al principio
del mundo y la catástrofe,
cuando, ¡oh prodigio!, tú me renaciste
y me gané en la cifra de fuego de sus labios
la herida de mí misma, mi nuevo ser,
desesperadamente puro y libre,
encadenado a ti ya para siempre.
Qué importa que su sellado corazón
me niegue lo que implora
de otro corazón desconocido,
que sus ávidos labios busquen ángulos nuevos,
sedientos de otros zumos y otros labios,
que su cuerpo no sea ya la ardiente
prolongación del mío,
si aquí estás tú, dolor, su último rostro,
pesando sobre mí como él desnudo,
forma esencial de mí, tuétano mío,
la más fiel, la más larga compañía.
Dolor que hace mi amor irrevocable,
eterno, como juré, juramos, aquel día.
(Del libro Terrenal y marina)
domingo, 17 de octubre de 2010
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¡Que bonito poema! Mis felicitaciones. Siempre deseé escribir poesía pero no tengo esta inspiración maravillosa que tienes tu. Me conformo con pintar que también me apasiona. Un saludo cariñoso. Victoria.
ResponderEliminarQuerida Elvira: qué fuerza la de estos versos, cómo transmiten el dolor sereno, cómo aman, cómo perdonan. Dolor y amor, cuántas veces unidos.
ResponderEliminarBss
Estremecedor poema, Elvira. Yo siempre he defendido esa idea de que lo peor es dejar de amar, no que dejen de amarnos. Lo peor es el vacío, peor que el dolor. Es una visión positiva del dolor ese dolor que hace mi amor irrevocable.
ResponderEliminarAdemás, como siempre, todo envuelto en un ritmo perfecto. Enhorabuena.
Un beso
Tu amor, desde luego, eterno, pero también muy generoso.¡Qué fidelidad aún después del abandono, de la rotura unipersonal de un conjunto soñado y apenas realizado! ¡Qué lealtad, aún partido el amor! Tu poesía representa para mí el amor inquebrantable de un alma pura, expresado de una forma tan honda en tu poesía, con tanta ternura,que deja de ser una herida abierta para convertirse en una añoranza nacida para la eternidad. Un abrazo, poeta.
ResponderEliminarQuerida Maga:
ResponderEliminarAmor, que me arrebata el latido.
Dolor, asistente sostenido.
Besazos.
Ay! Elvira, como lo dices tú, el dolor se hace bello, imprescindible para que el amor perdure, para que sea único.
ResponderEliminarTe lo digo siempre y no me canso, es un lujo poder leerte.
Un fuerte abrazo.
Leo
Querida Elvira, qué belleza de poema. Amor eterno, aún por encima de la traición...
ResponderEliminarA veces, después de marcharse una amor, se vive del dolor que deja, la otra alternativa es la muerte.
Un abrazo.
Cuando la felicidad se asoma a nuestras vidas, el jurar es como coser afirmaciones constantes. Felicitaciones.
ResponderEliminarUn abraciño
¿Qué puedo decir después
ResponderEliminarde tantos e ilustres comentadores?
Que, después de leerlo tres veces,
sigue siendo una maravillosa
declaración de amor.
Un saludo.
¿Hay manera más fiel de conjurar el juramento del amor? Quizá el dolor no sea el último rostro...Quizá el dolor también tenga su conjura.
ResponderEliminarSe me quedan callados los dedos cuando te leo.
Un beso.
Me abres, me rompes, me desbarajustas (lo sabes). Me gustas en lo poético y en lo literario, pero, por encima de todo, te quiero en lo humano.
ResponderEliminar¡Qué belleza!
ResponderEliminarSí, creo que el verdadero amor es el de la entrega, el que se hace sin esperar vuelta aunque ese amor nos duela.
Un abrazo
Sólo digno de ti. ¡Qué forma de amar y perdonar!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Preciosos versos, sabios, fuertes, asertivos.
ResponderEliminarEs un placer conocerte, Elvira, de la mano de Paloma.
Con tu permiso, aquí me quedo.
Un fuerte abrazo.
Si Elvira, enhorabuena por este y otros poemas que conmueven profundamente.
ResponderEliminarSeguir amando cuando ya no nos aman es quizas, la forma más sublime del amor, la que más nos engrandece, porque cuando el amor es de verdad es eterno y no espera nada a cambio, sino que todo lo da.
Un abrazo.
La mayor recompensa de haber regresado a escribir después de veintiún años de ausencia literaria autoimpuesta, es tener la oportunidad de volver a través de un medio tan asombroso como internet y sus maravillosas bitácoras que nos permiten no sólo publicar lo que vamos creando, sino hacer amigos —y muy buenos—, de la talla, por ejemplo, de mi compatriota Leonel Licea, o de Paloma Corrales, desde cuya página vengo aquí por vez primera. Los menciono porque los quiero y los admiro, y porque están aquí también presentes haciendo fehacientes su admiración y su respeto por la obra literaria y periodística suyas y por ese ángel encantador que adorna su persona toda. Es usted, Elvira, fuente de inspiración como ejemplo de tesón y amor a un arte. Me quedo siguiéndola, si así me lo permite y me uno a todos aquellos que la admiran y le rinden tributo de sincero afecto. Un privilegio enorme poder haber venido a conocerla a usted y su obra. Fuerte abrazo desde mi Isla virtual.
ResponderEliminarSe puede el dolor del amor infiel, decir de muchas formas. Pocas como la tuya, Elvira... Grande.
ResponderEliminarBesos
Muy bonita la poesia, un placer pasar a leerte.
ResponderEliminarque disfrutes el fin de semana.
un abrazo.
Aquí vengo , querida amiga, acompañado por una copa de buen vino a beber mientras leo y a embriagarme de poseía para nutrir mi vacio tintero. Nunca dejas de maravillarme, pero no quiero abundar en elogios, ERES DE LO MEJOR !!!
ResponderEliminarUn beso, amiga.
Como bien dice nuestro amigo común, Gustavo Pertierra, es una verdadera maravilla leerte y sentir toda la intensidad emotiva de tus versos. Por él he llegado hasta ti y lo celebro de corazón.
ResponderEliminarUn saludo admirado y sincero.