Vienes, desde tan lejos, a mis ojos
y los ciegas de llanto.
Ciegos también tus ojos y los míos
bajo aquel aguacero de la noche
primera, palpándonos los rostros
para encontrar los labios y bebernos.
La lluvia generosa que caía
inundó de alegría la pobreza
de un domingo cualquiera,
que ya es único y nuestro,
y nos hizo sentirnos inmortales
(no puede ser humana tanta dicha),
anegados en besos, agua y risas.
¡Ay, amante de lluvia y alegría,
detenido para siempre en la noche que te amé!
Tan ido como el viento codicioso
que robaba los oros
a los dormidos árboles
y empujaba tu cuerpo contra el mío,
me vienes a la mente, de improviso,
volando la hojarasca
que otoño tras otoño te ocultaba.
Y la plaza sonora de la boca,
convertida en un pozo de silencios
donde oxidadas yacen las palabras
con su vaho levísimo de escombros,
se me llena de aquel urgente jugo
donde saltaban vivos, como peces, los besos.
Perdido y sin retorno, amor,
y yo ya acostumbrada a tanta ausencia,
de repente me vienes como un rayo
directo al corazón, reseco de cenizas,
y sangra la amapola disecada.
Tan lejos y tan ido, en un instante
te haces dueño de mí, lunar e intacta,
sólo con ver tu foto en los diarios..
(Del libro Terrenal y marina)
miércoles, 27 de octubre de 2010
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Querida Elvira
ResponderEliminarHoy he decidido que te comento si o si.... ya se me irá el miedo por el respeto que te tengo ;)
Y es que nuevamente me has emocionado tanto al leerte que no podía quedarme callada como siempre, no era justo. Es lo grande de la poesía con mayúsculas como la tuya que la leemos los que nada sabemos y nos inunda el corazón sin siquiera enterarnos.
Besos muchisimos y besicos montones
Así son los recuerdos que marcan sin remedio, aparecen como un relámpago sin pedir permiso, pero benditos sean si llegan con la belleza de tus versos.
ResponderEliminarUn beso, Calíope (hoy sobredosis).
Elvira, no sé si es el otoño, su lluvia y la melancolía que provoca su llegada, pero leer estos maravillosos versos mientras llueve, hoy aquí, hace que tus palabras penetren mi coraza y me lleguen al alma.
ResponderEliminarEmocionado te aplaudo y te mando un fuerte abrazo.
Leo
Amiga Elvira, qué cara te vendes y cómo me alegra encotrar este poema de amor en tu casa.
ResponderEliminarEl mejor alimento para la pobreza, el amor, y la mejor compañía, la lluvia. Hermoso encuentro.
Un placer, como siempre, venir a leer.
Un gozo pasar por aquí. Un poema con una construcción y sonoridad perfectas.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué pausada y resignada majestad en tus versos, Elvira. Estos, en particular, me conmovieron y me hicieron llorar:
ResponderEliminar"Y la plaza sonora de la boca,
convertida en un pozo de silencios
donde oxidadas yacen las palabras
con su vaho levísimo de escombros,
se me llena de aquel urgente jugo
donde saltaban vivos, como peces, los besos."
Tal vez sea mejor no recordar, para que no "sangre de nuevo la amapola". ¡ Qué privilegio leerte y poder comentarte lo que ya sabes: que eres única y excelsa aunque se desangren tus versos de nostalgia y de ausencia! Un fuerte abrazo y un beso admirado para ti.
Maga:
ResponderEliminarYo quiero hacer versos así, sobre el amor, sobre el ayer, sobre los dos.
Besitos a kilos.
Acabo de leer esta maravilla -entre otras muchas, terrenales y marinas- y el aguacero todavía me empapa el alma. De verdad, Elvira, que leerte me hunde la autoestima como poeta.
ResponderEliminarUn besazo
La lluvia siempre nos convoca: somos o no somos felices siempre alrededor de ella. Todos tenemos estas ataduras, aunque algunos sepan expresarlo mejor. Este poema es de una gran belleza y delicadeza. Es un gozo poder leer en estos días esta delicia.
ResponderEliminarUn abrazo, Elvira.
Elvira, tu poesía tiene sobre mi el mismo efecto de ese rayo que penetra directamente en el corazón, y llena de luz esa tarde de lluvia generosa anegando de besos y risas un domingo cualquiera, aunque hoy sea jueves. Me conformo con poder tener en mi haber ese recuerdo que hoy me trae tu poesía.
ResponderEliminarEs un placer como siempre, descubrir que la vida late con más fuerza cuanto más penetras en la poesía. Pero de la buena.
Un beso.
Perfecto, exquisito... sublime.
ResponderEliminarLos recuerdos permanecen,
a veces, bajo tierra
y sólo el aguacero
los devuelve a la vida.
¿Y después de leer esta joya quién se pone a escribir menudencias?
Un fuerte abrazo.
Elvira, una vez más, quedo a la sombra de tu poesía... asombrado, con admiración.
ResponderEliminarPensemos que volverá a llover como primaveras en verano, lo que el invierno llovió, con las lluvias del otoño. Besos
Me he bebido tus versos con la ebriedad con la que a veces la memoria se alimenta de antiguas imágenes vividas.
ResponderEliminarUn placer ha sido leerte, Elvira.
Un abrazo.
¡Qué añoranza, Dios mío, qué recuerdo eterno hacia lo mejor de tu vida! No quiero que las mujeres se enamoren de algún hombre con esa intensidad sin ser correpondidas de esa forma. Estoy convencido de que existirán muchas mujeres que sí lo hagan, pero seguramente no tendrá a su alcance la palabra poética que tú tienes para expresarse, cuando se aleje de ellas ese amor entregado y nunca correspondido. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarComo gallega acèrrima; soy amante de ese tesoro tan necesario llamado lluvia. El poema me ha encantado y te debo de sugerir que vengas por mi Galicia para empaparte del orballo de cada mañana, donde su olor te llevará al aquelarre de meigas para mesturar la pócima del verde de sus campos y la bondad de sus gentes.
ResponderEliminarUn biquiño
Inmenso y precioso, Elvira. ¡Cómo me gusta la cadencia que imprimes a tus versos! Siempre se palpa en ellos la ternura, mucha ternura, que contagia.
ResponderEliminar"se me llena de aquel urgente jugo
donde saltaban vivos, como peces, los besos."
Como pintor encuentro en tus poemas un mundo inmenso de imágenes. Y una imagen vale por mil palabras.
Visitáste mi blog de pintura y me decías que encontrabas problemas para encontrar el otro donde escribo modestamente. Te cedo los dos enlaces enormemente agradecido por tu visita:
http://www.poesiavictor.com/
httP://www.victorpintorart.com/
Mis felicitacones. Es un verdadero placer leer tus poesías.
Gracias.